Tahití | El paraíso del paraíso. Parte 2
Por:Andrea Hoces
Tahití es el paraíso del paraíso | Bitácoras Viajeras |
Hace un tiempo escribí la parte 1 de mi aventura por Tahití, pero sin duda faltaron tips y anécdotas que contar, así que me animé a escribir una segunda parte para seguir compartiendo como viví este viaje soñado. Les recomiendo que lean la parte 1 para que no estén tan perdidos.
Como contaba en mi post anterior, en el viaje realizamos muchas cosas bakanes sin costo adicional, pero no todo es gratis en esta vida, así les contaré algunas que sí cobran, pero vale la pena pagar.
Como contaba en mi post anterior, en el viaje realizamos muchas cosas bakanes sin costo adicional, pero no todo es gratis en esta vida, así les contaré algunas que sí cobran, pero vale la pena pagar.
Las actividades choris por las que SI pagamos $ extra fueron:
1- Anduvimos en moto de agua (que cosa más bacán!).
2- Fuimos al “Aquasafari” (esto es una de las cosas más cuáticas): Consistía en ir en una lanchita hasta el centro del mar para sumergirnos y ver peces. En la lanchita todos hablaban cualquier cosa, menos español (Hablaban su idioma polinésico y francés, y para explicarnos hablan en un inglés extrañísimo). Pero el objetivo era llegar al medio del mar. Llegamos, entendí lo que pude y paf!
Había que ponerse una escafandra en la cabeza que estaba conectada a un estanque de oxígeno. Éste estanque se quedaba en la lancha. Había que descender aproximadamente 10 o 15 metros creo y el oxígeno duraba 30 min. Eso fue lo que entendí. Muy loco!!! Igual me desesperé porque nunca nadie me explicó la sensación! Y es realmente rara. Por esa época, yo jamás había buceado, entonces era un mundo nuevo para mí. Solo la belleza me hacía estar viva, sino de un ataque me moría. Es que quería hablar y no podía, me escuchaba yo misma dentro de la escafandra jajaja muy raro. Además, a ratos veía medio 4D por el lente de la escafandra… onda no tenía noción clara de distancias. A veces veía un pez, quería tocarlo y resulta que estaba muy lejos.
Cuando bajamos, cada uno aprendió un lenguaje de señas básico por cualquier cosa y se nos pasó una bolsita de malla con pan. La idea era ir dándole comida a los peces… Como yo estaba medio desesperada adaptándome a este ambiente… cuando se me acercaron los millones de peces a comer el pan. Me urgí porque sentía que se me pegaban!!!!. Incluso uno mordió (es nada. Casi una cosquilla, pero igual) y entonces tiré la bolsa lejos de mí. Después comprendí que debería haber respirado más oxígeno y relajarme. Que sería lindo darles comida…
Tortuga Gigante en Bora Bora | Bitácoras Viajeras |
Fuera de mi locura personal, fue bacán el Aquasafari. Cuando ya me relajé, pude apreciar los peces. No podría describirlos porque ya no me quedan adjetivos, pero realmente eran muy muy muy bacanes y exóticos. Además, algunos muy diferentes entre sí. Recuerdo que vi un pez gigante fosforescente que según nosotros tenía cara humana enojada. Nadaba leeeeeeeeento y entonces lo pude observar bien. Quedo grabada en mí su cara… muy loco.
Con la escafandra podía caminar bajo el agua como si nada…incluso bailamos. Realmente fue bacán.
3- Otro día, hicimos una actividad acuática (Que no recuerdo el nombre ) pero consistía en llegar a otro centro del mar y nadar con snorkel o como quisieras con peces estrafalarios, mantarrayas y TIBURONES!!! Como todas mis palabras son “paradisiaco”, “cuático”, “bello”, etc. Me quedo sin adjetivos!!!
Pero imaginen lo que fue eso: MÁGICO. El guía de esa actividad, era muy polinésico y usaba un paño floreado tipo pañal como traje de baño (todos allá usaban eso. Me parecía tan entretenido verlo. El hombre era muy amigo de todas las criaturas del mar ¡Uno más del clan!. Me hacía recordar la peli “laguna azul”. Nadaba con una libertad increíble. Como si realmente él era parte de esa isla y el mar. Recuerdo que se sumergía profundidades y mantenía el aire un montón de tiempo. Como si nada. Como si tuviese branquias.
Además, besaba a las mantarrayas en la boca!! (las mantarrayas tienen la boca por abajo y según yo realmente se besaban) ellas se volvían cocorocas. Realmente lo querían.
A mi esas minas, medio que me asustaban. Quizás estaban tan acostumbradas a las personas, que era normal que se acercaran demasiado. Era extraño. Porque su “piel” es gelatinosa y entonces sentir que a cada rato me rozaban me hacía estar en un estado adrenalínico constante. Atenta a cualquier lado, porque pasaba una por una pierna, otra por al lado, otra por la derecha, y así. Muy loco!. Miles de mantarrayas pasando entre nosotros. Jugando. Lo pasé bien.
La segunda parada, consistía en nadar con tiburones. ESTABA VUELTA LOCA CON LA IDEA!! Me desesperaba no entender bien las instrucciones, pero estaba como mono. No podía creerlo. Llegamos a una especie de “cuerda” en el mar, la que fácilmente podías pasar nadando por arriba o por abajo jajajaja. CERO SEGURIDAD JAJAJA. Simplemente una cuerda chiquita y te decían que primero debías mantenerte tras la cuerda para no asustar a los tiburones…y al rato pasar. Já!
Qué?!?! El Edu estaba con tragedia. Yo pensé que era más acuático, pero no. Siempre prefería estar tomando sol. Yo, me parece que disfruté más esas actividades. Para mí todo era “uoooo esto es lo mejor que he hecho en la vida”. Dentro de todos mis sustos y tonteras, siempre termino siendo valiente y haciendo cosas locas.. así que la emoción no cabía en mí.
Dale entonces, me pasé la cuerda. Le decía al Edu que lo hiciese pero no quiso. Y NADÉ al ladito de los tiburones. Cuando entraba en la consciencia y los miraba un segundito, me moría de susto jajajaja y volvía nadando hiper rápido a la cuerda jajajajajajjaa (el Edu tierni estaba por ahí) y es que la carita de los tiburones es muy inexpresiva… A ratos los veía tiernuchos (porque eran tiburones no gigantes. Como de mi porte) y a otros, juraba que me iban a comer y moriría en Tahití ajaja. Que cosa más bacán todo lo que hice ese día. Nadé un ene y estaba feliz. En un shock constante y me sentía la sirenita.
Cuando ya volvíamos, los guías iban tocando una especie de ukelele en la lancha. Todos con sus shorcitos floreados, felices y como si nada. Como si hubiesen tomado la ducha y seguía un día más. Para mí? Probablemente jamás olvidaría aquel día. En que nadé con tantos peces y tiburones.
Mientras vivía todas estas cosas fantásticas, siempre pensaba “estamos pagando un gran pecado en Santiago” No podía entender cómo algunos viven vidas tan fantásticas y lindas y yo en mi vida normal andaba en metro, sufría, trabaja como china. Me daba pena, pero luego trataba de ver el lado positivo. No cualquiera podía estar en Tahití. Y yo tenía la suerte de tener una familia bacán, un amigo bacán y estaba disfrutando unas vacaciones bacanes.
Cabaña Le Meridien, Bora Bora | Bitácoras Viajeras |
4- Fuimos al Restaurant Bloody Marys. Era parte obligatoria del presupuesto. Edu quería ir sí o sí. “Antes muerto que sencillo” y entonces, guardábamos nuestro dinerito para esa ocasión (sabíamos que era caro, pero era parte de…).
Para ir a este restaurant había que pedir hora con tiempo. Quedaba en otra isla y se supone que es uno de los restaurantes más bacanes, donde han ido todos los “famosos”.
Era de noche (siempre que dije noche, quizás eran las 7 pm. Pero la cosa es que allá amanece tempranísimo y el día se acaba de igual forma. Me despertaba tipo 6 am y dormíamos tipo 8 pm al extremo) y también nos fuimos en una lanchita hasta la otra isla. Miss and Mr. Gamboa iban a cenar jajajajajaa. Llegamos y afuera del restaurant había una lista tallada en madera o algo así con todos los famosos que habían estado… Madonna, Jared Leto, etc. Obviamente foto y entramos. El restaurant era hiper polinésico. El piso era de arena y la decoración bacán. La comida la servían en platos de greda y conchitas. Todo muy lindo y chic. Eso sí, los copetes eran malísimos. ¡Esos locos no saben tomar! Probablemente porque tienen tanta belleza que ¿para qué ser depresivos y borrashosss? Jaja mal. No les recomiendo el copete. Pero la comida muy rica. Siempre jugando con las mezclas dulces – saladas. Exótico.
No sé qué más decir. Lo pasé bacanmente bacán. Es un lugar hermoso y mágico, pero medio carosín. La gente es alegre y todo siempre les parecerá “lo mejor que hayan vivido”. Si van, no duden en hacer actividades acuáticas. Creo que es la gracia de ese tipo de lugares. PD: TE QUIERO MUCHO EDU. GRACIAS POR SER MI AMIGO Y VIVIR ESTE VIAJECITO CONMIGO.
Desayunando con Edu en Tahití | Bitácoras Viajeras |
Datos generales: llevar bloqueador, loción anti bichos, zapatitos de agua (es recomendable para cualquier actividad acuática), dinero suficiente, un banano o algo piola para guardar el dinero por las dudas (dólares o tarjeta. en Bora Bora, donde están los hoteles… no hay bancos ni esas cosas, así que vayan preparados), poca ropa abrigada, y mucha ropa de verano. Una cámara fotográfica y si pueden una para agua, porque cuando vean esa belleza submarina, querrán tener registros, se los aseguro).
Por: Andrea Hoces
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